THE REDISCOVERED CITY
El punto de partida de este proyecto es la fragmentación del programa propuesto en una serie de edificios de menor escala. Entendemos que el lugar de actuación está marcado por la fuerte memoria del camino real que unió Madrid y Toledo y que supuso el origen de la ciudad allá en el siglo XIV. Influenciados por esta memoria, en lugar de proponer un gran edificio de 10.000m2, imaginamos siete edificios de escala intermedia, ordenados en torno a un pequeño patio que contiene un árbol y una alberca.
El punto de partida de este proyecto es la fragmentación del programa propuesto en una serie de edificios de menor escala. Entendemos que el lugar de actuación está marcado por la fuerte memoria del camino real que unió Madrid y Toledo y que supuso el origen de la ciudad allá en el siglo XIV. Influenciados por esta memoria, en lugar de proponer un gran edificio de 10.000m2, imaginamos siete edificios de escala intermedia, ordenados en torno a un pequeño patio que contiene un árbol y una alberca. Por un lado, nos atrae la funcionalidad de un edificio de estas características -un centro de servicios biomédicos- basado en un sistema radial de recorridos. Por otro, perseguimos el objetivo de volver a hacer ciudad utilizando edificios de una escala mas cercana al ser humano y recuperando de la tradición elementos arquitectónicos articuladores de espacios como son el patio, el árbol y la alberca. El resultado es la introducción de un nuevo patrón edificatorio en la zona, insertando un edificio que, pese a la gran escala de su programa, consigue ser poroso al espacio público y establecer relaciones horizontales con su entorno. Nuestra intención es presentar a este concurso una ciudad absolutamente contemporánea pero al mismo tiempo reencontrada con su memoria; con esa memoria que nos habla de un grupo de edificaciones -casas, iglesias, establos-, alzados en torno a un camino transitado por mercaderes y viajantes y articulados entre sí mediante patios, placetas, fuentes y albercas. El proyecto se materializa a través de un gran podium pétreo, pesante, construido en hormigón armado y en el que se alojan los laboratorios, el vestibulo y la zona de administración, dirección y secretaría. Sobre dicho podium, sobresalen siete estructuras metálicas, livianas, donde la luz penetra filtrada a traves de una fachada de chapa perforada de aluminio reciclado. Estas estructuras comparten entre sí las mismas luces, las mismas distancias entre pilares y los mismos detalles constructivos, de manera que se puedan materializar de una forma racional, estandarizada y sencilla, reduciendo considerablemente los plazos de construcción. En la planta baja de estos edificios salientes, estableciendo un contacto directo con la plaza creada sobre el podium, se disponen las aulas. Finalmente, las dos últimas plantas contienen los despachos.
Para llegar a esta distribución, se partió de un análisis según el cual, lo que realmente caracteriza a este edificio, que aúna despachos, laboratorios y aulas, es la gran cantidad de intercambios internos que sus usuarios realizarán al utilizarlo. Estos intercambios podrían resumirse en los siguientes puntos: -Los investigadores intercambian constantemente de posición entre laboratorios diferentes. Su segundo grado de intercambios sucede entre los laboratorios y los despachos. -Los alumnos asistentes a las aulas cambian de posición entre los espacios exteriores y las propias aulas y, en menor medida, entre aulas diferentes. -Finalmente, los profesores directores de proyectos e investigadores principales pasan la mayor parte del tiempo en sus despachos, teniendo lugar el intercambio más probable con las aulas, donde imparten clases. Así que nos encontramos ante un edificio en el que los espacios de interconexión son realmente importantes. Es por esto que optamos por una distribución radial en cuyo centro se sitúa un elemento capaz de generar un paisaje interno tan potente -y enraizado con la memoria- como es el patio, el árbol y la alberca. Además, la creación de una plaza en altura permite establecer conexión con la Av. Federica de Montseny y con la zona ajardinada propuesta en la zona B. Esta última conexión se materializa mediante una pendiente orientada a sur y sembrada con césped y árboles, de forma que se genera un nuevo tipo de espacio en la manzana, donde es posible tumbarse a tomar el sol y relajarse. Disponemos las aulas a la altura de dicha plaza por entender que es un espacio más dinámico y, así mismo, alojamos los laboratorios bajo ella, ya que entendemos que estos deben ubicarse en un lugar más protegido, más privado.