Ayuntamiento de Archidona
Rehabilitación del Colegio Menor de la Plaza Ochavada
El proyecto, denominado administrativamente de “Rehabilitación del Colegio Menor para ayuntamiento de Archidona”, situado en la Plaza Ochavada y calle San José aúna dos tipos diferenciados de intervención, consistentes por un lado, en la actuación sobre el edificio patrimonial que da fachada a la plaza consistente básicamente en una redefinición conceptual sobre su funcionamiento y puesta en valor de sus valores estructurales, y paralelamente, el planteamiento de un nuevo edificio al interior dando fachada a la calle San José con una capacidad y especificidad propias.
La unidad de la intervención se pretende conseguir mediante una misma acción de proyecto basada en la consideración de un invariante local que se utiliza como concepto básico y a la vez como herramienta de proyecto: “la ochava”, o más apropiadamente la medida de la anchura de la crujía que formaliza el perímetro de la Plaza.
La plaza ochavada de Archidona se muestra como un espacio urbano de gran rotundidad gracias a la capacidad de formalización material que le da el fondo de crujía de las ochavas, que nos revela la importancia que como edificio tiene el conjunto de estas ocho piezas que conforman su perímetro.
El proceso de proyecto parte de la consideración de la pieza de la ochava como elemento válido para argumentar la acción de proyecto. Primero, como elemento de escala urbana que deja visualizar su grosor su medida desde los diversos planos de la ciudad. Segundo, como invariante arquitectónico que condiciona la sección y como consecuencia el uso del espacio arquitectónico. Y tercero como pieza fundamental en el entendimiento del espacio público y del urbano ya que establece el encuentro del edificio con el plano de la ciudad.
Gran parte del esfuerzo del proyecto de redefinición consistió en la limpieza de construcciones agregadas en el tiempo para recuperar la cornisa de coronación de la fachada trasera de la plaza y así su “grosor” desde la c. san José. Esta acción determinó el criterio de mantenimiento de los valores patrimoniales del edificio del Antiguo Colegio despejando muchas dudas en un edificio muy intervenido en el tiempo. Se procedió a la demolición de todas las edificaciones agregadas a la parte trasera de las crujías que daban frente a la citada calle, despejándose un área donde se planteó un nuevo edificio anexionado al de da fachada a la plaza ocupando una ochava central y dos medias ochavas laterales, en las que se ordenaron en tres niveles: accesos, alcaldía y grupos políticos.
La propuesta trata de ordenar el programa de usos solicitados haciéndolos compatibles con las capacidades espaciales existentes en el edificio histórico y proponiendo otros nuevos para aquellas partes del programa que requieren más dimensión y mayor cualificación. Para ello se proponen dos tipos de intervenciones, una encaminada a preservar y recuperar en lo posible el edificio del XVIII, ahí se ubicarán las zonas dedicadas a la parte representativa y alcaldía, y otra a la sustitución de la parte más reciente para alojar el programa cultural: salón de actos, sala de exposiciones, oficio comedor, en plantas bajas, y las oficinas en plantas superiores.
El nuevo edificio se sitúa como una nueva pieza junto al edificio histórico, tratando de compatibilizar las demandas específicas del uso que desarrolla manteniendo la suficiente flexibilidad, con su posicionamiento en el paisaje urbano singular donde se enclava. Para ello proyectamos un volumen de marcada independencia en configuración y materiales, un prisma “tallado” en vidrio que protege a manera de una “cortina de vidrio” traslúcido las fachadas acristaladas de la zona de oficinas y resuelve, creemos de una manera adecuada, la doble lectura de espacio eficaz para el desarrollo de una actividad especifica, con los requerimientos espaciales y de luz, y la imagen de una tipología de edificio de oficinas en esta posición tan condicionada por el conjunto histórico de la Plaza y sus alrededores. Es este elemento “cortina de vidrio” tan necesario para el control de la luz, el que resuelve la transición entre lo nuevo y lo antiguo, ocultando la línea de intersección de sus respectivos planos de fachada.
La unidad proyectual de toda la intervención se garantiza con el material. La utilización del pavimento de granito negro para el Centro Cultural y el hall de acceso al Ayuntamiento desde la plaza pone de relieve la permeabilidad del edificio público con respecto al plano de la ciudad realizado en el mismo material. Para las zonas de trabajo y áreas representativas se ha optado por un pavimento de madera, este pavimento en zonas de alcaldía conjuga bien con la carpintería de madera en la fachada principal a la plaza, que se mantiene. En la fachada opuesta a la Plaza, en la calle San José, se recuperan los huecos de este edificio histórico ocultos desde la agregación de la crujía anterior a nuestra intervención acristalándose en marco de acero galvanizado embebido en el cerramiento. Con esta forma de proceder, queremos establecer un gradiente que tiende a simplificar elementos y que asegure la continuidad entre el lienzo de fachada de la Plaza Ochavada constituido por un cerramiento opaco denso con huecos que incorporan carpinterías de madera con importantes grosores de escuadrías que iluminan recintos de despachos, con el continuo y ligero de la cortina de vidrio que permite una iluminación suficiente a dos plantas de oficina colectiva evitando la insolación directa de una fachada expuesta a oeste sin renunciar a la percepción visual del paisaje en un enclave de excepcional belleza.